Israel finalmente cumplió su amenaza: la madrugada de este martes sus tropas invadieron el sur de Líbano tras cruzar la frontera. Comienza así lo que el Gobierno de Benjamin Netanyahu ha denominado la «próxima fase de la guerra».
Sin embargo, las bombas israelíes siguen cayendo igual que en días anteriores en los barrios del sur de Beirut; la única novedad es que Israel ha atacado el campamento de refugiados palestinos de Ein el-Hilweh, el mayor de todo Líbano, donde al menos han muerto cinco personas. Más de 100.000 palestinos viven en este campamento situado en el sur de Líbano, a más de 50 kilómetros de la frontera, en la ciudad de Sidón.
El Ejército israelí califica en un comunicado la invasión de «incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en información precisa, contra objetivos e infraestructuras terroristas de Hizbulá en el sur del Líbano», pero en realidad Israel está atacando con dureza en varios frentes y como suele ocurrir casi siempre no tiene reparo en bombardear aunque haya civiles de por medio. También lo ha hecho en Gaza, donde al menos otras siete personas murieron en un nuevo ataque contra una escuela que acogía a palestinos desplazados de Ciudad de Gaza.
Israel también lanzó varias bombas sobre Damasco, la capital de Siria. La agencia siria de noticias estatal reportó varios ataques aéreos supuestamente por parte de Israel. Al menos tres personas murieron, entre ellas la periodista de la televisión siria Safaa Ahmed, y otras nueves resultaron heridas.
Israel asegura que su ataque terrestre se ha centrado «en aldeas cercanas a la frontera que representan una amenaza inmediata para las comunidades en el norte de Israel». La aviación y la artillería ya habían actuado con «ataques precisos a objetivos militares de la zona» en las horas previas a la invasión. La invasión está encabezada por tropas de la División 98 de paracaidistas y de la Séptima Brigada acorazada del Ejercito Israelí. Después de meses combatiendo en la Franja de Gaza, los soldados «se trasladaron al norte y están operando en la zona, tras realizar los ajustes necesarios para combatir en Líbano», dijo este martes por la mañana un comunicado del Ejército israelí.
Hizbulá, por su parte, ha informado que ha intensificado los ataques de artillería contra las tropas israelíes que se concentraban en la frontera. En concreto, se ha producido un ataque en los alrededores de Metula, una localidad fronteriza israelí. El propio Ejército israelí confirmó que se han lanzado 10 proyectiles desde el Líbano en esa zona. A primera hora de la mañana empezaron «intensos combates» al sur del río Litani entre Hizbulá y las tropas israelíes.
Aún se desconoce la cantidad de víctimas o el alcance de la primera noche de ofensiva, pero el Ministerio de Salud libanés, poco antes de que comenzara, alertó que las últimas 24 horas los diferentes ataques israelíes en el país han dejado 95 muertos y 172 heridos.
Estas cifras se suman a las 1.500 personas que han muerto y alrededor de un millón que han tenido que huir de sus casas en las últimas dos semanas ante la brutal campaña de bombardeos de Israel dirigida principalmente contra el sur y el este del Líbano, pero también contra el extrarradio sur de Beirut.
Esta es la primera invasión israelí a Líbano en casi dos décadas, después de las ejecutadas en 1978, 1982 y 2006.
Estados Unidos enviará más tropas a la zona
El Gobierno de Estados Unidos estaba al tanto de los planes de Israel desde el principio y, como siempre, no ha dudado ni un segundo en apoyar a su aliado. Tanto es así que Lloyd J. Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos, acordó este lunes con el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, la necesidad de «desmantelar la infraestructura de ataque» en la frontera con Líbano para evitar un ataque por parte de Hizbulá similar al del 7 de octubre.
Al mismo tiempo, el Pentágono anunció este lunes que Estados Unidos desplegará «unas cuantas miles de tropas» adicionales en Oriente Medio para reforzar la seguridad y defender a Israel «en caso de que sean necesarias».
El envío de nuevas fuerzas militares, cuyo número no ha querido especificarse, incluye unidades de defensa aérea de combate y se sumarán a las decenas de miles de soldados estadounidenses que ya se encuentran desplegados en la zona.